17 Le escribió, pues, y le envió una carta redactada en los siguientes
términos:
18 «El rey Alejandro saluda a su hermano Jonatán.
19 Hemos oído que eres un valiente guerrero y digno de ser amigo
nuestro.
20 Por eso te nombramos hoy sumo sacerdote de tu nación y te
concedemos el título de amigo del rey - le enviaba al mismo tiempo
una
clámide de púrpura y una corona de oro -. Por tu parte, haz tuya
nuestra
causa y guárdanos tu amistad.»
21 El séptimo mes del año 160, con ocasión de la fiesta de las
Tiendas, vistió Jonatán los ornamentos sagrados; reclutó tropas y
fabricó
gran cantidad de armanento.
22 Demetrio, al saber lo sucedido, dijo disgustado:
23 «¿Qué hemos hecho para que Alejandro se nos haya adelantado en
ganar la amistad y el apoyo de los judíos?
24 Les escribiré también yo con ofrecimientos de dignidades y
riquezas para que sean auxiliares míos.»
25 Y les escribió en estos términos:
26 El rey Demetrio saluda a la nación de los judíos. Nos hemos
enterado con satisfacción de que habéis guardado los términos de nuestra
alianza y perseverado en nuestra amistad sin pasaros al bando de nuestros
enemigos.
27 Continuad, pues guardándonos fidelidad y os recompensaremos
por todo lo que por nosotros hagáis.
28 Os descargaremos de muchas obligaciones y os concederemos
favores.
29 Y ya desde ahora os libero y descargo a todos los judíos de las
contribuciones, del impuesto de la sal y de las coronas.
30 Renuncio también de hoy en adelante a percibir el tercio de los
granos y la mitad de los frutos de los árboles que me correspondían, del país
de Judá y también de los tres distritos que le son anexionados de Samaría -
Galilea... a partir de hoy para siempre.
31 Jerusalén sea santa y exenta, así como todo su territorio, sus
diezmos y tributos.
32 Renuncio asimismo a mi soberanía sobre la Ciudadela de
Jerusalén y se la cedo al sumo sacerdote que podrá poner en ella
de
guarnición a los hombres que él elija.
33 A todo judío llevado cautivo de Judá a cualquier parte de mi reino,
le devuelvo la libertad sin rescate. Todos queden libres de tributo, incluso
sobre sus ganados.
34 Todas las fiestas, los sábados y los novilunios y, además del día
fijado, los tres días que las preceden y los tres que las siguen, sean todos
ellos días de inmunidad y franquicia para todos los judíos residentes en mi
reino:
35 nadie tendrá autorización para demandarles ni inquietarles a
ninguno de ellos por ningún motivo.